Feidipides ¡hemos triunfado!

"Mas dada sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo" 

1 Corintios 15:57.

Cuando leo este versículo, no puedo dejar de pensar en una historia que leí hace algún tiempo atrás sobre Feidípides, aquel  soldado griego.

Es el año 490 A.C. El lugar, El Valle de Maratón, situado a unos 40 Km. de Atenas, Grecia. Seis mil cuatrocientos persas yacen sin vida en el campo de lucha. Los soldador griegos, agotados por la batalla, han juntado a 192 de sus muertos en una pila para darle sepultura. Esto los protegerá de las aves de rapiña que ya vuelan en círculos sobre los cadáveres. 

Atravesando el campo de batalla, saltando y esquivando cadáveres, viene un mensajero. Es Feidípides que regresa de su misión tras correr 241 km. a Esparta, enviado a pedir refuerzos. Exhausto, cae a los pies del general ateniense Miltiades.

¿Le diste mi mensaje? pregunta Miltiades.

Sí, señor. Vendrán, pero después de la luna llena, cuando terminen de celebrar sus fiestas religiosas.

No importa, respondió Miltiades. Después de todo hemos ganado la batalla sin ayuda de ellos. Los persas han huido por el mar. Temo que se dirijan a Atenas y la sitien. Debes correr a Atenas, y anunciarles nuestra victoria.

¿No habrá otro que vaya? Estoy muy cansado por la carrera que hice a Esparta. 

Miltiades respondió: los demás están cansado al igual que tú por la batalla, no temgo otro mensajero, debes ir.

Haciendo un esfuerzo sobre humano, Feidípides inicia un recorrido de 42 km. rumbo a Atenas, a toda velocidad. Exige a sus músculos más allá de sus posibilidades, y cubre la distancia estableciendo un nuevo récord de tiempo. Al llegar a la puerta de la ciudad grita: ¡Regocijaos, hemos triunfado! y cayó muerto.

Al igual que Feidípides, tú y yo tenemos un mensaje de parte de nuestro general, un mensaje de victoria, ¡cuán maravilloso es este mensaje! Jesucristo ha vencido a Satanás en la batalla de este mundo. El pecado y la muerte han sido derrotados. 

Dios desea mensajeros que lo den todo como Feidípides, no importa lo cansado y exhausto que se sentía, volvió a corres 42 km. más sólo porque su general le mandó con un mensaje. 

Muchos quieres escuchar esa buena noticia de victoria. ¿Quieres ser tú ese mensajeros que de ese mensaje que  muchos no han escuchado? 

Dios te pueda bendecir el día de hoy!!
Pr. Manuel Mogollón